Cochista (sust.): dícese del individuo cuyo único medio de transporte es el automóvil particular y que se siente ofendido, amenazado y agraviado por el uso de otros medios de transporte alternos, especialmente los no motorizados. El cochista se distingue del resto de los automovilistas por su profunda falta de ética, moral y empatía, misma que se manifiesta a través de sus agresiones y amenazas hacia todo aquel que se atraviesa en su camino, incluidos otros cochistas. El único interés del cochista es satisfacer las necesidades y comodidades propias, siempre va con mucha prisa, siempre busca atajos para acortar su camino a expensas de los demás, vive en un intenso estado de ira entre arrancones y frenados en seco. Distraído constantemente, el cochista parece vivir fuera de la misma realidad que el resto de los individuos, es incapaz de percibir que existen más personas a su alrededor, otros automovilistas, motociclistas, ciclistas y peatones; en el imaginario del cochista él es el único ser que existe en el universo, el mundo le pertenece y las calles son su dominio. Para él las luces rojas son un reto, los señalamientos de tránsito una afrenta, la acción de un peatón cruzando una calle es una ofensa. Se le reconoce al cochista por su permanente costumbre de invadir los espacios de los demás, ya sea estorbando el paso peatonal, las zebras, las banquetas, las ciclovías, e incluso estacionándose en doble fila.

Uso: “Quieren quitar la ciclovía, malditos cochistas“.