En las escuelas, públicas y privadas, sólo nos enseñan una cara de México: la de la guerra. Se empeñan en hablarnos de la conquista, de la malinche, del tormento de Cuauhtémoc; nos enseñan de la independencia, del cura Hidalgo, Juan Aldama, Ignacio Allende y José Mariano Jiménez y que les cortaron las cabezas y las exhibieron en la Alhóndiga de Granaditas; de Maximiliano y Carlota, él fusilado y ella perdida en la locura; de los niños héroes que murieron por la patria; nos enseñan del porfiriato y el abuso contra los peones de las haciendas, de la revolución con Pancho Villa y Zapata y Venustiano Carranza y todo lo que vino después. En la escuela nos enseñan sólo la historia de un México sangriento, hundido en la miseria, abusado por todos: por los españoles, por los gringos, por los dictadores y por los gobernantes.
¿Por qué en las escuelas se empeñan en enseñarnos solo una cara de la moneda?
Yo quiero saber por qué no nos enseñan al México conformado por inventores, científicos, filósofos, escritores, pintores, escultores, músicos, arquitectos y diseñadores. Yo quiero saber por qué en la escuela no nos enseñan que México es y ha sido una potencia cultural por mucho tiempo y que hay demasiado que rescatar para sentirnos orgullosos. Quiero saber por qué en la secundaria no te ponen a leer un libro de Sor Juana Inés de la Cruz, de Juan Rulfo, Juan José Arreola, Jaime Sabines, Carlos Fuentes o de Octavio Paz, por qué no te enseñan y te explican las maravillosas obras del muralismo mexicano, por qué los libros de texto no están inundados con las obras de Diego Rivera y Frida Kahlo, de José Clemente Orozco, Rufino Tamayo, David Alfaro Siqueiros, Gerardo Murillo, Jorge González Camarena, Juan O’Gorman y tantos otros. Que alguien me explique por qué no hay toda una clase en la preparatoria para conocer y apreciar el diseño mexicano, por qué no les están enseñado a los jóvenes las casas de Luis Barragán o las construcciones de Mario Pani, Abraham Zabludovsky, Ricardo Legorreta, Pedro Ramírez Vázquez o Juan O’Gorman.
Y si no conocemos nuestro pasado menos nuestro presente. ¿Tú me puedes nombrar ahorita un pintor o escultor mexicano que haya cobrado fama en los últimos 5 años? ¿Puedes nombrar un arquitecto mexicano que haya realizado una obra mundialmente aclamada en los últimos 5 años? ¿Conoces el proyecto de un científico mexicano que haya ganado algún premio o haya obtenido importantes fondos para investigación en los últimos 5 años? Los hay pero no los conocemos porque en la escuela se encargaron de grabarnos en el cerebro que somos un país de víctimas, nunca nos avisaron que somos un país de creadores.
Si de todos los nombres que mencioné anteriormente hay uno, sólo uno, que no conozcas tú has sido víctima de este lavado de cerebro escolar. Deja de leer este blog en este instante y métete en una biblioteca para ponerte al corriente.
¿No es vergonzoso que en otros países conozcan mejor el arte, el diseño y la cultura mexicanos que aquí? Gente viene a nuestro país de todas partes del mundo a ver específicamente las construcciones de nuestros arquitectos y las obras de nuestros artistas, ¿tú cuantas fuiste a ver en lo que va de este año?
Y no es sólo el arte ¿que hay de las tradiciones?, ¿por qué en la escuela nunca nos enseñaron que significan la danza de los viejitos o la de los chinelos?, ¿por qué para la mayoría de los mexicanos es tan difícil distinguir entre las artesanías de los huicholes y de los tzeltales si son tan distintas?, ¿alguien se enteró en la escuela de las raíces orientales que tiene la gastronomía mexicana?
¿No es vergonzoso que seamos tan ignorantes sobre nuestra propia cultura, tanto la histórica como la contemporánea? ¿Que sólo sepamos, a medias, la historia de una que otra guerra y uno que otro asesinato o fusilamiento? ¿Por qué cuando escuchamos del 68 sólo pensamos en la matanza de los estudiantes y nunca recordamos las olimpiadas, para las cuales se llevó a cabo uno de los proyectos de diseño más ambiciosos, extraordinarios y revolucionarios en el mundo que hasta el día de hoy es hablado y discutido en otros países?
Yo no creo que debamos descartar las guerras, traiciones, asesinatos, fusilamientos y tiranías de nuestra historia, pero si creo que se nos ha presentado una imagen incompleta donde se ha restado importancia a todo lo demás que compone la mexicanidad. Es como si en una fotografía blanco y negro sólo nos presentaran el negro sin el blanco, la imagen se vuelve indescifrable. Nos han enseñado que la única forma de ser heroicos es envolviéndonos en la bandera y aventándonos al vacío, han dejado de lado el heroísmo de las revoluciones que no se hacen con las armas: las del pensamiento, el arte y el diseño.
Lo que enseñan en las escuelas no va a cambiar pronto pero tenemos dos responsabilidades, la primera es cultivarnos nosotros mismos y la segunda es cultivar a nuestros hijos. Enseñarle a la nueva generación quienes fueron los grandes mexicanos de ayer y quienes son los grandes mexicanos de hoy, de esa enseñanza saldrán los grandes mexicanos de mañana.