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Impresionismo (1880 – 1920)

El Impresionismo fue un movimiento artístico que se enfocó más en las emociones y estados de ánimo evocados por las obras de arte que en sus detalles y realismo. Quizá la mejor forma de entender esto es analizando la obra de arte que se dice dio nombre al movimiento y que fue sin duda una de las iniciadoras del mismo, “Impresión, sol naciente” de Claude Monet.

“Impresión, sol naciente” (1872) por Claude Monet

“Impresión, sol naciente” (1872) por Claude Monet

Se dice que precisamente esta obra expuesta por primera vez en 1874 inspiró el nombre del movimiento impresionista. Analizando esta pintura podemos ver que no hay realismo ni detalles muy acentuados, se trata más bien de la impresión que causó a Monet el puerto de El Havre. Una impresión, una sensación o estado de ánimo más que una representación fiel del paisaje.

Precisamente la música del Impresionismo es música que buscó evocar sensaciones, sentimientos y estados de ánimo, música un tanto más libre y flexible. Quizá la mejor explicación de este movimiento la puede dar el compositor impresionista por excelencia, Claude Debussy:

No existe una teoría. Sólo tienes que escuchar. El placer es la ley. Me gusta la música con pasión. Y porque me gusta trato de liberarla de las tradiciones estériles que la ahogan. Es un arte libre que brota – un arte al aire libre, sin límites, como los elementos, el viento, el cielo, el mar. En ningún caso debe ser cerrado y convertido en un arte académico.

Dejemos que hable la música, escuchemos de Debussy “Claro de luna” que es el tercer movimiento de su Suite Bergamasque, interpretada aquí por el pianista coreano Seong-Jin Cho.

¿Cómo te hizo sentir? A mí esta pieza me hace experimentar profunda nostalgia, pero inducida solamente por la propia composición, sin necesidad de traer a la mente ningún recuerdo, pensamiento o reflexión. Para mí esta es una pieza –como otras piezas impresionistas– que estimula menos mi intelecto y más mi sentimiento. Ésta es precisamente la esencia del Impresionismo.

Escuchemos otra pieza de Debussy, ahora su poema sinfónico Preludio a la siesta de un fauno, interpretado en este video por la Frankfurt Radio Symphony dirigida por el colombiano Andrés Orozco-Estrada.

Cerremos ahora el Impresionismo con el otro compositor más famoso y más asociado con este movimiento musical, Maurice Ravel y su pieza quizá más llamativa: Bolero. Esta pieza es un ostinato (una melodía repetitiva), que parece obsesiva ya que es en esencia una misma repetición que sólo va cambiando o agregando instrumentos. Aquí vemos incluso aparecer el saxofón, que no pudo formar parte de la orquestación original de Ravel ya que este instrumento fue creado por Adolphe Sax a principios de los 40s mientras que Bolero se estrenó en 1928. En este video veremos esta pieza interpretada por al Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Gustavo Dudamel.

Vamos ahora a dirigirnos a una época salvaje, diría yo, donde la experimentación del Impresionismo se quedó corta y se abrió paso al total rompimiento de los paradigmas y las reglas de la música clásica, la época del Modernismo y el Postmodernismo.

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